Ayer ví mi primer anisakis. Estaba preparando sardinas en escabeche y mientras se terminaba de freir la última tanda me comí un par de ellas, pero al fijarme que la que tenía entre los dedos estaba algo cruda me topé con el bichito. Eché hasta el alma y no me he puesto mala, así que no me debí comer ninguno, también es verdad que estaba bien muerto.De hecho dejé sobre la cocina los restos por si me ponía mala llevarlos al hospital y cada rato le miraba por si salía andando. !Ay, mi madre qué susto un momento que no le distinguía entre las raspas!Pero no, estaba muerto.
El caso es que recordaba de nuestras pasadas vacaciones gallegas que durante una sardinada, disfrutando como locos dándole que te pego a la mandíbula, salió la conversación y mis amigos de allí me negaban que la sardina padeciera de esta infección. Yo insistía, y por ahí iba la conversación, cuando Sira ( la niña que podeís ver más abajo limpiando percebes), que es capaz de comerse una montaña de sardiñas, con la segunda en la mano comenzó a hacer preguntas para después dejar de comer y abandonar incluso la mesa. No sé si a mí me pasará lo mismo, que aborrezca las sardinas, aunque me extraña la verdad, tengo buen diente, pero algo parecido también le ocurrió a mi queridín cuando Silvia , mi amiga pescadera, se reía al contarle que acaba de comprar un choco y que la señora no me lo había limpiado quitándole la piel. !Marisa, si eso no se pela!. Menuda carita de asco puso Angel. Así que, allí estaba yo , preparando todo para hacer un arrocito en la parrilla del jardín y diciendo en voz alta como quien cuenta un cuento a un niño que, cariño , no te preocupes que yo lo pelo. De morirse.
Y salió riquísimo, con guisantitos frescos de casa, hecho en la lumbre, con un sofrito a base de cuatro tomates maduros y hermosos rallados, 1 pimiento pintón (medio colorado, medio verde), pimientón y un diente de ajo.Todo bien frito en AOVE.
Antes había dorado bien el choco cortado para que proporcionara el máximo sabor. Después de salar, cubrí de agua todo junto hasta los remaches y dejé que cocinara hasta que se evaporó,maomeno, un dedo de agua. Por último el arroz en caballón y dejar cocinar hasta que se evapora todo el líquido. Utilicé la misma tinta del choco para darle color diluída en un vasito de albariño. La puse justo antes de ponr el agua.
En los úlitmos cinco minutos dispuse unas cigalitas por encima que terminaron de hacerse al vapor del reposo tapado con papel de periódico, como debe ser.Angel bajó un Martini y unos berberechos de lata aliñados con vinagre de Jerez para entretener la espera.
Me encanta cocinar así sin prisas y al fuego, disfrutando de cada paso por tonto que sea, y al anisakis... que le den con el rabo la sartén.
Besos
8 comentarios:
Siento decirte que actualmente prácticamente todo el pescado esta parasitado. La solución, cocinarlo bien o cogelarlo mejor... Y si no, como yo, que soy una tiquismiquis y huelo los anisakis a la legua, de modo que acabo sacándolos con maestria de cirujano sin despachurrar el pescado. La gente que come pescado conmigo la primera vez se rien y me preguntan que qué hago, cuando lo cuento se me rien, pero más me rio yo cuando les enseño los anisakis que he "capturado" y veo sus caras de ajo... jejeje
Qué jodío el anisakis!!!
Entonces todo tiene que estar muy hecho no?, qué pasa con los boquerones en vinagre?
Yo no los he visto nunca, pero ahora me fijaré.
Un beso
Doña Col,¿ entonces los "pescas" una vez ya cocinado?
Éste estaba entre la masa muscular y la espina y yo siempre había creído que estaban en la cavidad de las tripas-
Marylou, no comas boquerones en vinagre si no sabes si han estado previamente congelados el tiempo pertinente.
Eso, aquí en Madrid, es una putada con la cantidad de ellos, y tan buenos, que sirven en los bares de aperitivo.
En teoría están como muy bien dices en las tripas, pero una vez que el pescado muere, prodríamos decir que el gusanico inenta salir atravesando la pared intestinal y llegando al músculo. El camino que suele seguir es hacia las branquias, de modo que hay que intentar comprar siempre la parte de la cola de los pescados.
Si se cocina el pescado, el aniakis se muere y si lo congelo (mínimo 24 horas)también.
Yo también vi uno por primera vez hace un año, pero vivo, en el papel que envolvía el pescado. Casi me da un telele. Y es una lástima, porque se acabaron los ceviches, el sushi y el atún vuelta y vuelta... ains...
Besis!
Marisiña, comiendo helado eso no pasa.
Eso es cuidarse, Marisa, y lo demás tonterías.
Buena pinta la de las cigalas.
Lo de las sardinas porque tu lo has visto...
Non te preocupes, que seguro que o anisakis de galicia, alimenta e todo. je je. Bicos
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