Pues ya está, ni quedan muffins, que los he repartido entre los amigos y mis michelines; ni me queda un duro de lo ganado ayer con el plus de día festivo. Hoy me he ido de compras y me he vuelto loca. Disfrutando la criatura.
Cuando salí de trabajar ayer me estaban esperando Toñín y el Sr. Miguel para ir a comer al campo, como se tiene que hacer por San Isidro, sólo que nosotros preferimos huir del gentío de la pradera y nos fuimos a El Escorial, al campito bonito que allí todo lo rodea.
Nosotros somos gente sencilla cuando vamos al campo. Nuestro lema es : "que no falte de ná" y, claro, mantenerlo a veces cuesta su esfuerzo. Por ejemplo a la hora de comer es mejor dejar el coche no muy lejos, por no decir, pegao, ya que la nevera ya pesa lo suyo.Mirad que vajilla más maja para presentar la ensalada:
Nosotros llegamos nos dimos un garbeo, montamos el circo que montamos para comer y ,como ya era tarde, pues parece que medio Madrid decidió darse un paseíto justo donde nosotros nos habíamos colocado, nunca mejor dicho.
¿Qué queréis que os diga? A lo mejor somos unos agobiaos, pero eso de comerte la tortilla en plan Gran Hermano, pues como que no. Total que terminamos de comer un poco con prisa e hicimos mudanza.
Para bajar la comida, otro buen garbeo y después un ratito en otra padrerita, al sol. Pero chic@, que no hay manera, que si no está aquello lleno de gente dando un pinguï ( normal teniendo en cuenta de que nos habíamos puesto cerca de una ermita) es el bullicio de la carretera por la que no dejan de pasar coches en direccion a Madrid. Pues, ala, vuelta a recoger al saloncito azul (nevera, mesita y tres sillones) y a buscar un sitio más agradable.Hay que decir que el campo está precioso, verde y llenito de flores, pero está bien protegido de domingueros como nosotros y no se puede entrar por ningún sitio, aun así encontramos un paraje ideal a la orilla del embalse de Valmayor y allí decidimos instalarnos par la merienda-cena consistente en lo mismo de al mediodía, pero una pizca más seco. A saber: pimientos verdes fritos, pechuga y lomo empanados, tortilla de patata y cebolla y espàrragos verdes. De postre muffins de chocolate borrachos de Cointreau y nata, sólo al mediodía. De remate el licor casero Prima Maria.
Un día maravilloso de risa y más risa.
Mira que era malo el Sr Miguel cuando chiquitito, que su padre lo llegó a colgar por la cintura de una viga. Ni con la amenaza de que la próxima sería por el cuello enmendó el jodío muchacho. Venía un día su madre de la fuente ,en su pueblo cacereño natal de hace cincuenta años, venía la mujer con un cántaro sobre la cabeza y un cubo en cada mano, cuando el niño cabrón empezó a gritar que se quemaba la casa. La madre tiró todo lo que llevaba encima con la trabajera que le habría costado llegar hasta allí, para darse cuenta de que todo era una diablura de su querubín. No se lo contó al padre pero ella misma le dio un tunda a Miguelín que aun se acuerda. Jodío muchacho.
Así transcurrió el día entre historias y risas. No me acuerdo de mucho más, es lo malo de los licores caseros, eso, y que deberían estar prohibidos. Ay no, que lo están.
Aunque el paraje era ideal tampoco dejo de pasar gente, que hubo una familia que pensé que sentaban allí con nosotros de tanto como miraba el menda. También había que sumar el ruido de la carretera cargadísima con la vuelta del puente, pero aun así nadie nos arrebató lo bien que lo pasemos, primo. Sólo los mosquitos, que a la puesta de sol salen a buscar donde chupar, consiguieron que volviéramos a dar otro paseo y después pa casita.
Gran día.
Besos
5 comentarios:
jeje, es lo que tiene, que otros han tenido la misma magnífica idea. Oye, el saloncito ideal, muy chulo y parece muy cómodo.
Ya te creo que el menda de al lado/ladito no paraba de mirar...por si pillaba algo, seguro.Hoy empiezan las ferias y fiestas de San Isidro también aquí en el pueblo...
Estuvimos en tres ubicaciones distintas y en todas el mismo rollo de gente y ruido de coches.
El saloncito es ideal, lo mismo para comer que para echarte una siesta.
Canny estoy de acuerdo contigo, el menda quería quedar a merendar con nosotros, se le veía en la carita.
jejeje
a mi me encanta salir a comer al campo, aunque no me lo monto como tú: yo soy más de aposentarme en el suelo dando ñascos tremendos a un bocata de lomo con pimientos...
Me gusta el plan, la comida y las sillas del saloncito ; )
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