Los cuatro patitos de mi queridín con queso gouda curado aliñado

Otro añito más que ha cumplido mi queridín, y ya son los cuatro patitos. Lo celebramos el domingo pasado con gran afluencia de público y dando gracias de que más de diez personas tuvieran coartada para no acudir. No sé dónde los hubiéramos metido.

La comida la presentamos en buffet sobre la isla de la cocina. En la foto los participantes del tour a su alrededor, dispuestos a atacar. !Vaya caritas!

Angelito preparó sus platos típicos: guacamole, cecina, carpaccio...y dos novedades: piña fresca y pechuga de pavo en dados, salteados y espolvoreados de curry ( se puede presentar en brochetitas); además este queso gouda curado con glasa balsámica y ralladura de naranja. Una delicia que os recomiendo y que mi queridín incluso ha conseguido incluir en el menú de la cervecería donde trabaja. La glasa se encuentra facilmente en cualquier hipermercado, pero se puede preparar poniendo en una sartén al fuego una botella de acceto balsámico hasta que se reduzca y torne en una especie de miel. Se trocea el queso, se le da un hilo de glasa y se espolvorea con la ralladura con mesura.
El queso gouda holandés está llegando ya a los puestos del mercado, no sólo el famoso de bola, ya se puede encontrar en distintas maduraciones o con cominos, qué rico. En Mercadona tienen cuñas de Old Amsterdam, queso que yo me traía siempre de allí y que ahora tengo al alcance de la mano. De mis mejores recuerdos de Holanda son los buffets de desayuno de los hoteles con esos quesos holandeses tan ricos.

Al cumpleañero le regalaron un peazo tarta preciosa y riquísima, y tan fácil de hacer que la preparé en una próxima ocasión y postearé el resultado.
Por mi parte preparé una gran pizza para los niños y, éstos al saberlo, lo primerito que preguntaron es si podían comer también del resto de los platos. Pobriños, me parto toa; además los mayores tampoco les dieron oportunidad de inflarse a pizza, por lo visto la masa quedó de cine. No sé, apenas probé bocado. También colaboré con una enorme coca de verduras de la que no quedaron ni las migas.Es lo que tienen esto amigotes nuestros, que nos comen muy bien. Y el sábado pasado conocí a Doña Col y su queridín, majísimos ambos, qué divertidos. Cenamos en el Rey de los tallarines, al que yo le apearía de la familia real, pero cuando la compañía es tan agradable ... Sólo hay una cosa que no me gustó de esta pareja: !me prometieron fotos y no las tengo por ningún sitio!


Besos