sábado, noviembre 10, 2007

De repente el otoño. Tortilla de vaga.

Ha sido el sol tan espléndido que luce hoy el que me ha hecho estirar la postura que,tiritona,llevo desde que llegué desde el calor brasileiro. Y ha sido que, de repente, me ha dado cuenta que los árboles, strippers de acera, ya se están desnudando, sacándose, hoja a hoja, el traje de lamé dorado otoñal.
También debe ser que ayer, día de fiesta en Madrid, me tocó trabajar (otra vez gané el sorteo) y normalmente este día lo paso campeando buscando setas, plenamente consciente de la estación que nos toca.
Ando despistada, pero no tanto como para no acordarme que hace dos años que empecé a escribir este blog siempre fiel a mis estilos de cocina. El estilo Delocay ( de lo que hay en la nevera),el Vaganciapura (ese que hace que preparemos lo menos complicado posible,en según qué ocasiones,y encima quedemos bien) y la Cocina Deportiva (que incluye darse un garbeo para conseguir hierbas, setas, etc).
Y como homenaje a estos tres la receta de hoy, que está hecha con ingredientes que todiós tiene en casa, con el menor trabajo posible, y recolectando el cebollino de la jardinera del patio. Y encima está bien rica.

Se trata de una simple tortilla francesa, de dos huevos, hecha con media cebolla bien pochada y dorada, un par de lonchas de queso San Simón da Costa ( ese queso ahumado lucense que me gusta tanto), un diente de ajo picadito y dorado junto a la cebolla; y por último unas vueltas de molinillo de Toque India. Por último, un nube de cebollino de casa por encima...y ya está.
Besos

3 comentarios:

Pilar - Lechuza dijo...

Esta es la prueba de que con un par de cosillas que siempre hay por casa, se pueden hacer platos verdaderamente maravillosos
Un biquiño

Desde mi Atalaya dijo...

Que jugosa y rica tortilla, es que la verdad siempre cae bien, en cualquier momento, con pan, con arroz, con patatitas o simplente solo.
Un beso,
Soraya

Perol y Mortero dijo...

¡que vivan las tortillas vagas!, sobre todo si tienen una pinta como la tuya.

Besos