lunes, julio 03, 2006

El cacho y pollo adobado

La víspera de San Juan me levanté y salí , como acostumbro, a desayunar a la terraza. Disfrutando del paisaje y de dos nécoras cocidas, oía el piar de los pajaritos y pensaba qué bien se está aquí, mejor que en brazos. De repente me llegó un rico olorcillo desde el jardín. Miré hacia abajo y vi a Montxo trasteando con lo que parecían hierbas y ramas. Él es mi casero gallego, vive con su mujer en la planta encima de la nuestra. La casa tiene además una planta baja, bajo el nivel de la calle, con el garaje, el jardín y el huerto y allí es donde andaba trajinando tempranero.


Bajé a saludarle y a preguntar qué hacía. Fue cuando me enteré de la tradición de los "cachos", unos ramos de hierbas y ramas típicos de San Juan. Yo nunca había estado en esta festividad en Galicia así que lo ignoro todo menos lo que cuentan en el telediario. Todo él era un espeso olor a hierbas.
Estos ramos los compra todo el mundo y como nosotros estamos en medio el monte, él aprovecha a recolectar todo lo necesario y luego lo vende bien en Vigo donde no pueden encontrar lo necesario para hacerlos, porque quien tiene jardín los hace de sus propias flores y plantas. Mi amiga Pili, le pone un limón.


El cometido de estos cachos es ponerlos en agua al sereno la noche de San Juan y a la mañana siguiente lavarse con ese agua que huele de maravilla. No sé si da suerte, si te hace más bella, o si te crecen los pechos o el pelo, pero yo por si acaso lo hice con el que me regaló mi vecino .Tampoco nadie me supo decir para qué servía,la verdad, pero todo el mundo lo hace.
Había una costumbre, hoy perdida, que consistía en que los chicos pasaban toda la noche buscando el barreño para mear en él, qué majos, así que las chicas las pasaban canutas pAra esconderlos bien. Hasta en los tejados lo llegaban a poner, porque siempre hay que dejarlos en la calle para que les de la luna, y en los sitios más recónditos.
Bonita esta costumbre ,¿verdad?
Con mi ramo bajo el brazo me subí a casa rumiando qué iba a hacer con todas esas aromáticas ya que llevaba ramas de, hierbaluisa, orégano, salvia, laurel, hinojo, romero, menta poleo, lavanda, castaño, pelargonio. Imaginaos que olor tenía todo aquello junto y el mucho juego que me podría dar para cocinar.

Para empezar salió un adobo riquísimo para asar pollo en trozos.
Desmenucé orégano, laurel, salvia e hinojo y junto con unos dientes de ajo y un buen chorréon de AOVE quedó a la espera de ser asado dos día en la nevera.
Precalenté el horno y lo puse sobre una bandeja sin las hierbas ni el ajo que ya habían dado mucho sabor a la carne, y lo asé ahaorno fuerte hasta que estuvo dorado pero no seco.


Besos

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