martes, mayo 23, 2006

El corcho y fideos marineros.


Mientras limpio los calamares pienso en qué voy a hacer con todo lo que hay en el estudio cuando lo cierre.
Ocho años ¿dónde meto yo ocho años?

Los corto en cuadritos.

He pensado poner un cartel bien grande para que todas las personas que, en forma de enorme foto, han pasado por los escaparates venga y se la regale.

!Qué buenas son estas cigalitas! Con las cabezas bien fritas voy a hacer el fumet.

¿Y los corchos con las fotos, que yo llamo, familiares? Hay un montón de retazos de los últimos años.
Las fotos que nos hizo un fotógrafo, de los de antes , en Valenza do Miño. Eran en blanco y negro con cámara de cajón y cortinilla. Luego yo las pinté por encima y quedaron geniales, muy divertidas.

Junto con las cabezas de cigala voy a poner unos granos de pimienta negra y una hojita de laurel. Media horita de cocción y colar a la espera de usarlo.

En el corcho cuelgan los amigos que viven lejos o los que ya no están.
A mis sobrinos les encanta entrar a ver las fotos. "Voy a ver el corcho , me dice siempre David, y entra en el plató y se queda un rato absorto, con una sonrisa en los labios.

Ya tengo limpio 1/4 kilo de gambas, pero no voy a usar las cabezas para el fumet ,asi que las meto en el congelador para otra ocasión.

Tengo la foto de la cara de absoluta sorpresa de mi hermana, la mano tapando su boca abierta, cuando vio que a su hijo pequeño le habíamos teñido el pelo de verde, estando con nosotros de vacaciones. A partir de entonces todos los veranos le teñí el pelo del color que él eligiera y ambos tan felices.
Hay otra en la que se nos ve en el jardín de la casa de Galicia. Javi lleva el pelo rubio, David , más discreto, sólo lleva las puntitas en rubio muy claro. Alberto con el pelo verde, Angel de azul y yo de magenta. Nos llamaban "Los Monster" en la aldea.

300gr de almejas están en agua con sal para que ellas solas se limpien.
Doro bien en una paella los calamares para que dejen mucho sabor.

Cuando voy a su casa también entro en sus habitaciones a mirar el corcho.
Tienen fotos de sus novias, de tetonas que ya les gustaría que lo fueran y muchas que yo les he hecho.

He picado muy fino medio pimiento verde y media cebolla, los añado a los calamares para que pochen a fuego lento. Pongo una pizca de sal.

David tiene una posando en la playa como una estatua, con su pedestal de arena y todo, y como está desnudo, se tapa el paquete con una raqueta.
En otra Alberto y Angel metidos en el agua ,vestidos con los neoprenos y con bigotes y cejas hechos de algas.
Compramos los trajes para poder aguantar un buen rato en al agua helada del Atlántico. La playa es nudista así que el numerito de estar todos en bolas y vestirnos para bañarnos no tiene desperdicio. Luego nos extraña que nos tengan por raros.

Reduzco a puré tres hermosos tomates de pera y los añado al sofrito.
!Qué olor a mar en la cocina, cúanta morriña!
Cuando el tomate está bien frito pongo una cucharadita de pimentón, remuevo y , rápidamente, baño todo con un vaso de vino blanco.

Guardo pinchado en este corcho la tarjeta de visita de Miljan Miljanic.
Le conocí en Belgrado cuando yo tenía 19 añitos y me dedicaba a recorrer Yugoslavia en un autocar con un grupo de vallisoletanos.
Estábamos decidiendo si entrar o no en uno de los escasos restaurante que entonces había, y luego supimos que de los mejores, cuando apareció, y al oirnos hablar en español se emocionó tanto que nos invitó a todos a cenar. Éramos catorce.
El recordaba como algo muy agradable y especial su vida en España siendo entrenador del Real Madrid. Le hacía tan feliz estar con nosotros que luego nos trasaladó a todos en taxi a su casa y estuvimos bailando y cantando hasta la madrugada que volvimos a donde nos alojábamos completamente borrachos de ese aguardiente de ciruelas tan fuerte que allí bebían.
Recuerdo un piso no demasiado lujoso para nosotros, pero sí mucho para aquella Yugoslavia y unos enormes jarrones chinos.

Pongo los fideos y sofrío unos minutos.
Añado las almejas, las colas de cigala y el fumet. Pruebo de sal.

Cuando cierrre el estudio voy a hacer una fiesta igual que la que hice para inagurarla. En aquella se nos hizo tardísimo charlando, y mi hermana, que se le habían quedado dormidos los niños y quería irse, como su marido no le hacía ni caso, terminó por cogerlo por las piernas y echárselo a los hombros. Según se dirigían de esta guisa hacia la puerta, Luis, mi cuñado, alzando al techo los brazos con pose torera dijo a la concurrencia: "adiós señores" y allí nos quedamos todos unidos en una enorme carcajada, mientras mi hermana y él, aúpa, desaparecían por la oscuridad de la plaza.

Los fideos están deliciosos.

Creo que guardaré todo en una caja que abriré en noches de nostalgia. Aunque, tal vez tenga un hueco encima de esta mesa de cocina, por lo menos, para empezar con un nuevo corcho.

3 comentarios:

acedre dijo...

Gracinhas pola visita e pola felicitacion polo neno.

Puchi dijo...

Qué bien escribes y qué delicioso era todo lo que has contado, ha sido como para chuparse los dedos y desternillarse de risa, todo a un tiempo. A mi hijo también le ha gustado. Un abrazo. Puchi

Marisa Beato dijo...

Gracias Puchi :-)
La verdad es que somos algo particulares y damos para mucho
:-D