La misteriosa paya Weaver. Alubias con codornices y setas de chopo.

Querida Sofía:

Te quiero contar una anécdota que ocurrió el pasado sábado en la fiesta de despedida de película del Willis, del que tú eres tan admiradora, donde fui de acompañante de Edu. Para ir de su brazo como se merece, me emborroné bien el ojo y me puse mis mejores galas, osea, toda de negro estrecho de pies a cabeza y mi súpervestido de red negra, perlado de anillas de refresco, a juego con una mochila hecha del mismo material. Disfrutábamos de la bebida gratis, el catering no lo probó nadie, cuando apareció el estrellón de la noche: Sigourney Weaver (Bruce Willis tiene un pequeñísimo papel y muere enseguida, pobriño, no fue), a la que nosotros en casa llamámos cariñosamente "la paya Weaver". Pues, eso, llegó la paya, se dio unas vueltas por allí estrechando manos y dando besitos y se dirigió para el baño. Mira tú, qué casualidad, que yo necesitaba hacer también esa visita y detrás de ella me fui renqueando con mis muletas. Cuando quise llegar ella ya estaba dentro de un cubículo y nadie más había en el lavabo. Al salir yo del que ocupaba la Weaver se estaba lavando las manos, me miró cómo luchaba para salir de él, con esa puerta de cristal tan mona que pesa un quintal, y me sonrió. "Hi", le dije, dedicándole una de mis mejores sonrisas y, en esto, que la paya se pone contra una pared y me sigue mirando y sonriendo mientras yo me lavo las manitas, sin abrir la boca. No sabía qué hacer, le guiñé un ojo, le dediqué otro sonrisón, y seguí con lo mío. Pero que no se iba. Ahí seguía, con las manos en el regazo y venga a mirarme sin decir ni pío. ¿Pero esta mujer qué quiere?, me preguntaba mientras un par de minutos se me hacían eternos. Finalmente, cuando acabé de secarme, se dió la vuelta despacio, con esa sonrisa beatífica, y se alejó de mí saliendo del baño. Ni adiós ni idea de qué quería esta tia. ¿Tal vez un autógrafo? Pues que lo diga, leche, que se lo firmo en un momentito. A qué tanto misterio.

Por cierto, mi estilismo causó estragos entre la concurrencia femenina, lo siento por la Weaver, pero me miraron más a mí que a ella. ¿O sería por las muletas?.

La receta de hoy está de cine. Incluye dos ingredientes muy otoñales: las codornices y las setas. Yo utilicé de chopo, pero cada cual que se apañe con lo que tenga cerca, unos champis, unas setas de cultivo...y quien tenga la suerte de tener un pinar cerca, tal vez boletus.

Alubias con codornices y setas de chopo.

Ingredientes:

- 4 codornices, 1 bote de alubias blancas cocidas, las de Monjardín cultivo ecológico fueron mi elección; 2 puerros grandes picados finos, 100gr de setas chopo o de otro tipo, 1 zanahoria rallada gruesa, 1 cucharadita de semillas de cilantro molidas, 1 vaso de Martini Bianco, 1/2 litro de caldo de ave casero, pimienta negra, sal y AOVE.

En una cacerola con unas cucharadas de AOVE dorar bien las codornices enteras, reservar. En dicha cazuela, pochar bien las verduritas. Añadir la pimienta, el cilantro y el vermú. Un par de vueltas después mojar con el caldo y dejar que se hagan los pájaros hasta que estén tiernos. Agregar las alubiar, dar cinco minutos más, y dejar reposar antes de servir.

Besos