jueves, agosto 24, 2006

La Toscana III



Si San Michel, en Lucca, me maravilló y la torre de Pisa me dejó sin respiración (que ,por cierto, es una campanario, cosa que yo no sabía porque ese día debí de hacer toriles) il Duomo de Florencia me dejó sin habla, totalmente muda al verlo. No podía dejar de mirarlo, estaba fascinada y es que este recargado gótico te puede gustar o no, pero nunca te dejará indiferente.

Llegamos temprano a Florencia, queríamos visitar la Galleria dell´Accademia donde exponen el David de Miguel Angel, al llegar una cola de muchos, pero que muchos metros, nos da los buenos días. Nosotros tenemos un plan: dos harán cola, por turnos, y los otros tres se moverán por allí visitando todo lo visitable y eso incluye las tiendas de ropa de piel, zapatos y demás ;-). De este modo se nos pasaron las casi tres horas en un santiamén. Bueno más o menos que cuando Charmes y yo salimos de la visita ( los demás se quedaron dentro viendo tablas bizantinas, pero nosotros estábamos mareados) y le confesé que había otro David en su emplazamiento original casi le da algo.
-¿Qué nos han soplado diez euros y tres horas y se puede ver "de gratis"? Mañana no entro en ningún museo que me tenéis jarto a ver cuadros y a esperar.

Sin embargo para mi fue la ostia. Todo el que haya hecho dibujo artístico académico ha pintado esta estatua al menos una vez y se las ha visto con la dichosa proporción de la cabeza y de esa manaza derecha. Así que cuando torcí la esquina que te lleva por una sala larga hasta el lugar donde está erigida, cuando la ves allí el fondo, colosal por encima de todas las cabezas, te corren hormigas por el cuerpo. !Ahí está, existe!
No podía dejar de mirarle/lo/la, me quería llevar cada detalle en la retina grabado, estaba emocinada y disfruté muchísimo.

Eran ya la una y media cuando salimos del museo y a esa hora en Italia hay que buscar, pero ya, dónde comer.
Teníamos una dirección muy detallada de parte del Gourmet de Provincias que nos pillaba a mano, algo así como los planos de los tesoros escondidos, y para allá que nos fuimos sin pensarlo y bien que hicimos porque, no sólo lo encontramos,si no que comimos de lo mejorcito, casero y barato.
El sitio bonito decorado y ofrecen un menú turistico que incluye primero, segundo, postre y vino, con varias opciones de cada. Yo opté por una sopa ribollita de la que ya había oído hablar y que no me decepcionó. A base de pan, verduras y col, es una sopa espesa que se toma con parmiggiano. De segundo me atreví (fuimos tres los atrevidos, mirad si da confianza el sitio) con trippa allla fiorentina, callos de ternera servidos con salsa de tomate y gratinados con queso, muy buenos y, para mí, originales. Yo es que soy madrileña y de nuestras salsa para callos no había salido, bueno, si exceptuamos los que preparan los chinos en ensalada que poca salsa llevan , la verdad, y los gallegos. Ah, y el menudo andaluz...joé al final tengo un master en callos.
Bueno, a lo que íbamos.
De postre nos dieron a elegir entre helado o macedonia de frutas. Lista de mí pensé que sería de bote y me decanté por el gelatto cuando la fruta era fresquísima y variada.

Al pobre Charmes se la lié porque yo a estas alturas ya era la que traducía las cartas del italiano al español. Yo no tengo ni papa de italiano pero leyendo blogs se aprende gran cantidad de léxico culinario en varios idomas, que os voy a contar que no sepáis.

Además de la ribollita se podía optar por una sopa de verduras o tortellini in brodo. Me pregunta mi amigo qué que es el "brodo". Y yo, brodo, brodo, lo debería de saber porque lo le leído bastantes veces pero no me acuerdo, chico, maldito Ketama.Tú pídelo que seguro que está bueno, y realmente lo estaba, pero cuando le trajeron un plato de tortellini flotando en un consomé, me miró con una carita...


La tarde la pasamos por esa zona (creo que norte) de Florencia ( no habíamos hecho dos zonas para dos días), paseando, viendo más iglesias que mis compañeros de viaje ya me decían que estaba dispensada, si quería, de ver alguna, pero como mi ateísmo no me priva de deleitarme con ellas, entré en todas incluso con los hombros tapados con un pareo, que respetuosa, soy un rato.
Visitamos el mercadillo de ropa de cuero, baratísimo todo y bonito, y también, menos mal, nada de mi talla. Eso es lo que tenemos las gordas que ahorramos mucho en este tipo de caprichitos.

Con los pies reventados comenzó a llover y decidimos sentarnos en una terraza a tomar una cerveza, una sola, porque cinco cañas sentaditos al fresco cuestan veinte euros como veinte tortazos y no está la economía para tanto trote.Y como no paraba de llover y estábamos muertos nos volvimos a Anchiano, a cenar y caer rendidos en la cama.

Besos

Continuará...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí que impresiona Il Duomo.. te deja como el precio de la cerveza... bobo... El campanario es alucinante y la vista desde arriba es espectacular. Me estan encantando tus posts sobre la Toscana, y es que este año, tb hemos estado por alli: Montalchino, Le Crete, Siena, San Giminiano, Volterra, Sierra de Chianti, Florencia, Lucca, Pisa, etc.. Una verdadera pasada. Un beso.

Monica Bedana dijo...

A mí esta vez me ha impresionado la descripción de los tortellini in brodo...

Marisa Beato dijo...

Lo raro es que no nos encontado más gente conocida por allí, porque nos encontramos a unos familiares de mis amigos.
Todo cristo fue a la Toscana este verano :-D

¿Por qué te ha impresionado, Canelilla?

Jorge Guitián dijo...

Pues me alegro de haber sido de ayuda. :-) :-) :-)

Ya que yo no he viajado, que disfruten otros!!!

Sigue contando, sigue.

Garage Hermetico dijo...

No te acordarás de ese restaurante maravilloso y barato!!.
Gracias
(es que no encuentro el enlace en el otro blog)