martes, abril 25, 2006


Galletas de queso



El pasado Viernes Santo dispusimos los avíos y nos fuimos de pesca.
Nos acompañó Javi "Piturri" con su barca así que estuvimos en el embalse de Buendía.
Preparamos tortilla de collejas que son unas hierbas silvestres que el día anterior Toñin y yo habíamos estado buscando por el monte. Después de una buena caminata trajimos un espárrago - sí, un espárrago- y un par de puñados de collejas. Está el monte hecho polvo, muy seco. Con todo esto hicmos una tortilla y otra de patata y calabacines.
También llevamos filetes empanados, que no pueden faltar en estas situaciones, junto con pimientos verdes fritos. Y la nevera llena de cervecita y sangría , que tampoco deben faltar.

Cuando llegamos bajamos la barca al agua, subimos los pertrechos y , run, run, nos pusimos en marcha.
Recorrimos el embalse tomando el solecito y cuando a los pescadores les pareció idóneo montaron el aparejo y se dispusieron a pescar.
Había empezado a soplar un vientecillo que se fué tornado viento y que nos empujaba hacia las orillas si no teníamos el motor en marcha y que nos hizo embarrancar dos veces.

Cuando todo estaba preparado para pescar nos faltaba un palito que había que poner en el motor para que no subiera de velocidad....vuelta a la orilla, que se baje uno y busque un palito que sirva.Otra vez a desembarrancar y todo esto con Javier que es la persona a quien menos le gusta el agua del mundo y la más tranquila, pero , ay amigo , perdió los nervios en tres ocasiones pensando que volcábamos. Es como llevar un gato a bordo.

Cuando ya por fín todo estaba preparado y podíamos empezar a pescar ,mientras la barca navegaba lentamente, se enredaron los hilos y tuvimos que volver a parar, volver a embarrancar y ya los pescadores que había en la orilla nos miraban con ganas de matarnos porque les estábamos espantando la pesca y les podíamos enganchar los sedales a ellos también.

Ya sí que podíamos empezar pero el viento arreciaba y el cielo se había cubierto densamente de nubes. Empezaba a hacer frío y además de repente estábamos muertos de hambre así que nos dirigimos a otra orilla donde guarecernos y poder sacar la zampa.
Los filetitos, la tortillita ...y a los cinco minutos llenitos de arena. Pues nos vamos para casa que ya está bien de pasar penurias.

Volvimos a desembarrancar, lo nuestro no tiene nombre, y nos dirigimos hacia el coche.
Run, run, ¿cómo coño nos hemos ido tan lejos?
Más de media hora después de travesía contra el viento helado, empapándonos de agua que parecía que nos echaran cubazos dentro de la barca, llegamos a orilla donde habíamos aparcado.Menudo numerito que dábamos cuatro personas parapetadas detrás unas mantitas para evitar mojarnos más de lo que ya estábamos, sobre todo cuando habíamos salido tan ufanos unas horas antes.

Los chicos se encargaron de subir todo a tierra mientras yo ampliaba mis relacciones internacionales con unos rumanos allí acampados que disponían de una hoguera estupenda.

De vuelta en casa lo único pescado fue un constipado por eso les preparé estas rica galletitas con las que reconfortar el cuerpo...y la moral.

Que mal lo pasamos ...pero nos reímos :-D


Galletas de Queso

Son ideales para utilizar todos esos trozos de quesos que se han quedado secos por la nevera y que da pena tirarlos.

Necesitamos 200gr de queso rallado del tipo que sea, pero es mejor que haya alguno fuertecito de sabor.
200gr de mantequilla y 200gr de harina. Una yema de huevo. Escamas de sal o sal gorda. Semillas de sésamo y comino. Unas ramitas de albahaca, cebollino, o nuestra hierba preferida (opcional)

La preparación no podía ser más sencilla: se mezclan la mantequilla fría con el queso, la harina y la hierba elegida,de modo que quede una bola de masa compacta y lo dejamos enfríar una hora en la nevera.
Transcurrido ese tiempo se estira la masa y se corta con un cortapastas. Se pincelan con la yema batida y se decoran unas pocas con las semillas de sésamo y unas escamas de sal. Otras con las semillas de comino, o con lo que se quiera, y las escamas de sal.
Se disponen las galletitas sobre un bandeja de horno y se hornean a 150°C unos diez minutos hasta que empiecen a colorearse ligeramente.

Divinas y fáciles

Besos