!Campaaaana y se acabó! Conejo al cilantro.

Bueeeno, pues ya hace un año que abrí la puerta a mi nueva vida. A mi lado siguen todos aquellos que me quieren y por el camino quedaron quienes no y, como ya no me duele, no hay ni una reseña más en mi corazón hacia ell@s.
En este tiempo han cerrado las heridas, no me las lamo más, y he vuelto a ser yo misma, para bien y para mal, y he dejado atrás un motón de manías, convertidas en rutina, que creía mías y no, no lo eran... y cuántas eran, madre mía.
Lo más reseñable, en el ámbito gastronómico, es que ahora puede comer el formato de pasta que me pete, incluso de colores, sin tener que hacerlo yo solita. A la sopa le pongo pasta grande, ¿qué pasa?...nadaaaa.
Ya no encuentro pegas a las hierbas frescas en una ensalada !Viva el perejil y la mano que lo plantó!.
El pescado cuándo me dé la gana y guisado o al horno mejor, andaaa.
Y aunque podría seguir hasta el infinito entre unas cosas y otras...lo mejor: reconciliarme con el cilantro. Ahora es uno de mis amantes fieles, siempre en mi nevera y a la orden, y éste no me abandonará jamás, ni yo a él, jajaja.
!Viva yo y mis propias manías!
Conejo al cilantro
Ingredientes:
- 1 conejo troceado a nuestro gusto, 3 dientes de ajo picados, 1 cebolla cortadita, 1 tomate grande maduro, 1 vaso de caldo, 1/2 de vinagre y otro de vino tinto, 5 ó 6 vainas de cardamomo, un buen puñado de cilantro fresco y una cucharadita de semillas de cilantro molidas, AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra), sal y pimienta.
En una cazuela que se pueda tapar bien, ponemos unas cucharadas de aceite y doramos bien el ajo, lo reservamos. Ponemos el conejito, incluyendo su hígado y repetimos la operación. Reservar y poner en la cazuela las verduras y dejar que pochen bien antes de añadir el tomate rallado.
Mientras majamos en el mortero el ajo dorado, el hígado con sal y pimienta, además de los cilantros y el cardamomo.Cuando consigamos una buena pasta sin grumos agregamos los líquidos y diluimos bien. podemos usar batidora e incluir las verduras.
Volvemos la carne a la cazuela, agregamos el contenido del mortero y, tapado, dejamos cocinar hasta que esté tiernito.
Servimos con bien de pan para mojar la salsa y nos olvidamos de que hubo un día que no podía mas que llorar.
Muchas gracias a todos mis familiares y amigos por quererme tanto y en especial a Niuchurri que ha sido quien me ha ayudado a tomarme distancia para conocerme mejor y badear este trance.


De todo corazón: muchos, muchos besos.
Y se acabó.      :-)